Wednesday, March 08, 2006

 

La mujer salvaje

Segun la Doctora Clarissa Pinkola Estees, psicoanalista internacionalmente reconocida como especialista junguiana, poeta, contadora y guardiana de antiguos cuentos de la tradicion latinoamericana:
"- Tanto los animales salvajes como la Mujer Salvaje son especies en peligro de extincion...
En el transcurso del tiempo hemos presenciado como se ha saqueado, rechazado y reestructurado la naturaleza femenina instintiva. A lo largo de la historia, las tierras espirituales de la Mujer Salvaje y sus ciclos naturales se han visto obligados a adaptarse a unos ritmos artificiales para complacer a los demas. No es dificil comprender por que razon los viejos bosques y las ancianas se consideran unos recursos de escasa importancia. No es ningun misterio. Tampoco es casual que los lobos y los coyotes, los osos y las mujeres inconformistas tengan una fama parecida. Todos ellos comparten unos arquetipos instintivos semejantes, y como tales, se los considera erroneamente poco gratos, total y congenitamente peligrosos y voraces.
Los lobos sanos y las mujeres sanas comparten ciertas caracteristicas psiquicas: una aguda percepcion, un espiritu ludico y una elevada capacidad de afecto. Los lobos y las mujeres son sociables e inquisitivos por naturaleza y estan dotados de una gran fuerza y resistencia. Son tambien extremadamente intuitivos y se preocupan con fervor por sus vastagos, sus parejas y su manada. Son expertos en el arte de adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes y son fieramente leales y valientes. Sin embargo, ambos han sido perseguidos, hostigados y falsamente acusados de ser voraces, taimados y demasiado agresivos y de valer menos que sus detractores. Han sido el blanco de aquellos que no solo quisieran limpiar la selva sino tambien el territorio salvaje de la psique, sofocando lo instintivo hasta el punto de no dejar ni rastro de el. La depredacion que ejercen sobre los lobos y las mujeres aquellos que no los comprenden es sorprendentemente similar.

Comments:
Yo me considero una de esas mujeres que describes, y vengo de una familia de mujeres fuertes. Mi madre, de 87 años, menos de un año después de una fractura múltiple de fémur, camina sin bastón, corre el bus (y lo alcanza) y acaba de renovar su licencia para conducir... un Chevy 1976, sin dirección hidráulica ni caja automática. Sale a comer con sus amigos y nietos, cocina, toca tangos en el piano para que bailen y ayuda a cuidar a mi padre, de 89, con Alzheimer. Y yo pienso ser igual.
Si tenenos suficiente autoestima, no hay manera de que nos obliguen a cambiar nuestros ritmos naturales y las ancianas no somos objetos de descarte. Sólo hay que hacerse valer. Eso sí, olvidemos que nos abran la puerta del carro, nos dejen pasar primero o nos den el brazo para subir la escalera... En fin, todo no se puede.
Beso
ALU
 
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